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El enigma de las tetas II

Retomando el enigma de las tetas, y con aquella pregunta del porqué de los pezones masculinos con la que terminé el primer artículo.
 Explica la ciencia, que la naturaleza evolutiva no pierde el tiempo, y que los pezones masculinos están ahí porque no molestan, resumiendo, no dan leche pero tampoco piden pan.
El científico que explicó eso, nunca se habrá rozado los pezones con la camiseta durante una carrera, y es que entendiendo que están prácticamente de adorno,  son sensibles de cojones, que recuerdo cuando estaba en le cole y llegaba el listo de turno te pellizcaba un pezón y te preguntaba por sorpresa ¿Cinco nombres  de leche? Mmm... Pascual,  m.... Puleva... y... ¡”To” tuuuus muertos, suelta ya que duele!
Lo que más me gusta del primer artículo del enigma de las tetas, es que di en el clavo. Muchas de las chicas que leyeron la entrada y me dieron la razón, en sus fotos de perfil de las redes sociales lucían “pechonalidad” pero así..., como de lado y desde arriba, para que se noten sus atributos. (¡Cómo saben de su poder!)
Una lectora me comentó que la confabulación de la mujer con la naturaleza no se sostenía cuando la hembra estaba desposeída de un par de buenos propios. Y yo le digo que como el macho es de fácil distracción, aplicándose con otros juegos, la deslucida fémina seguro que conseguía procrear, evitando que la sangre dejase de regar  el cerebro varonil, nublándole la vista, con diferentes mañas amatorias.
 Posteriormente surgió el arte del engaño y no puedo más que hacer referencia a otra de mis entradas, “La mujer estafadora y el hombre idiotizado” recomiendo encarecidamente su lectura.
Una compañera, conversando sobre el porqué de los pezones masculinos, me dijo que ella siempre había tenido claro una de sus  utilidades. — Para chuparlos—.
 Luego se puso roja como un tomate. Una respuesta espontánea ante tres varones, que no pudimos hacer otra cosa que reírnos, para disimular la sorpresa, ante tan abrumadora sinceridad.
En definitiva y al margen de para ponerse un piercing, o para los preliminares, tarde o temprano la evolución los hará esfumarse en los varones, como nuestra adaptación al medio influenciados por la sociedad, hizo desaparecer los pañuelos de tela con las iniciales del nombre bordadas en una esquina, cambiándolos por los pañuelos de papel. Transformando a los renombrados caballeros de pelo en pecho, en hombres clinex de culo depilado.

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